viernes, 17 de febrero de 2012

LA SUPLICA DEL PENITENTE


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Salmo 41:4
En esta súplica de un pecador, nótese que:
I. El pecador se arrepintió de su pecado contra Dios
“Contra ti he pecado.”
1.
Se dio cuenta de su pecado; hubo pecado en su alma; bien lo supo.
2.
El Espíritu lo convenció del pecado. Sintió el remordimiento del pecado y
conoció la ruina a que el pecado conduce.
3.
Confesó su pecado a Dios; quiso deshacerse de ese pecado.
II. El pecador reconoció el poder de Dios
1.
Reconoció el poder de Dios sobre el pecado y el diablo.



2.
Reconoció el poder de Dios sobre cada fase de la vida humana.
3.
Reconoció que Dios es poderoso para salvar el alma, rescatarla del pecado
y sanarla de sus males.
III. El pecador pidió la misericordia de Dios
“Ten misericordia de mí; sana mi alma.”
1.
Esta fue una oración personal: “de mí.”
2.
Esta fue una petición definida: pidió la misericordia de Dios.
3.
Esta fue una súplica sincera: no pretendió tener méritos propios.
Conclusión:
La oración del pecador fue contestada. Como persona perdonada pudo decir:
“Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, por siglos de siglos.” —
<194113>
Salmo
41:13

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